"Leganés
Secundus "
Autor: Lemariont
Fragmento: D.O.S
Leganés 2007
Cita
“Conozco muchas leyendas, pero ninguna
como la que un día vi con mis propios
ojos…”
- Sargento Veterano de Exploradores
Raziel.
El sargento veterano
Raziel observó a
los jóvenes reclutas sentados frente
a él en la sala de entrenamientos
de la Barcaza de Combate Catedral Oscura.
Su rostro lleno de cicatrices y su mirada
envejecida le delataban como un superviviente
nato de miles de batallas.
- “Mañana seréis nombrados
exploradores del Capítulo, y estaréis
a un paso de formar parte de la elite de
la elite. Pronto tendréis vuestro
bautismo de fuego y será mejor que
lo asumáis cuanto antes, para muchos
será el primero y el último.” – Hizo
una breve pausa, mirando detenidamente
los rostros de los jóvenes que tenía
ante él. –“Quizás
algún día forméis
parte de una leyenda, si sois capaces de
sobrevivir el tiempo suficiente.”
Raziel aun recordaba
como si fuera ayer su bautismo de fuego,
fue en Leganés
Secundus un planeta donde convergieron
gran número de razas y ejércitos
para destruir, apoderarse o usar el
Portal de C´thual. Tan sólo
era un joven explorador en su primera batalla.
La lluvia caía incesante y le bañaba
el rostro mojando la pintura de camuflaje
urbano, estaba en lo mas alto de un edificio
del administratum, aislado y sólo.
Su unidad había sido destruida en
el asalto a la ciudad colmena, apenas sabía
nada de la implicación de su misión,
tan sólo que el contingente del
Capítulo debía destruir un
artefacto arcano que según las leyendas
daba la posibilidad de viajar a través
del Ojo del Terror. Razas Xenos y Hordas
del Caos intentaron hacerse con el
control de dicho artefacto, la guerra se
había desatado. Frente a su posición
había un gran templo, donde los
combates eran más encarnizados,
cuerpos inertes de todas las clases de
guerreros estaban esparcidos por el suelo
de la entrada.
El frágil silencio de la zona se
rompió con estruendos de disparos
bolter. Raziel se acercó al borde
de la cornisa y observó por su mira
telescópica del rifle de francotirador.
Por la calle principal vio como los Traidores
Marines Espaciales del Caos luchaban contra
Xenos TAU, despedazándoles en combate
cuerpo a cuerpo, oyó un fuerte ruido
y giró la mira hacia el foco del
sonido, una parte de pared se había
derrumbado cerca de los combates, los guerreros
del Caos desviaron su atención hacía
la brecha, y cuando se despejó el
humo… los Ángeles de Muerte
aparecieron, cargando contra los traidores,
un combate cuerpo a cuerpo sanguinario
comenzó. Sus hermanos de batalla
lo habían conseguido, estaban allí,
habían llegado a las cercanías
del Templo, ya no estaba solo. Vio como
un bibliotecario de los Ángeles
de Absolución abrasaba con sus poderes
a varios enemigos, mientras los valerosos
Astartes de la Fuerza de Combate Catedral
Oscura, luchaban codo con codo para acabar
con los enemigos, vio como el recién
ascendido Capitán de la Primera
Compañía Lito despedazaba
con sus cuchillas relámpago a todo
aquel que se interponía en su camino,
absorbiendo los duros golpes con su gran
armadura de exterminador, vio como los
Hermanos Luther y Lemariont luchaban espalda
contra espalda rodeados completamente por
los enemigos. Y disparó, disparó sin
cesar acabando con varios servidores del
Caos con su rifle de francotirador. El
combate había acabado, habían
sufrido muchas bajas sus hermanos de batalla.
De pronto al seguir
la escena con el visor del rifle distinguió un destello
y se sobresaltó, al retomar la visión,
observó de nuevo y vio aparecer
entre las sombras de los escombros al hermano
explorador Nathiel, con el rifle en una
mano y con la otra señalando su
posición al Gran Capellán
Interrogador, este alzó su mano
en gesto de agradecimiento al joven explorador
Raziel. Su alegría se desvaneció inmediatamente,
nuevos ruidos de combates se empezaron
a oír. El resto de Fuerzas del Caos
llegaba hacia la entrada del templo, sería
imposible parar a esa horda enemiga con
tan pocos marines. Siguió oteando
al pie de la calle.
Tan sólo quedaban 11 marines espaciales
del capítulo, y los enemigos se
contaban por decenas… los disparos
se empezaron a suceder.
Raziel miró por el visor, allí abajo
el bibliotecario Rauel de los Ángeles
de Absolución se despedía
de Lemariont, junto a otros marines defenderían
la avenida. Así pues El Capellán
Interrogador Lemariont, el Gran Señor
Luther, el Capitán Lito, el Portador
del Incensario Sagrado Shemaol y el hermano
Retenius corrieron hacia las puertas del
Templo donde se encontraba aquel artefacto
que debían destruir. El Templo estaba
casi derrumbado, pero no sería difícil
encontrar el camino….
En la carrera entre
los escombros y cadáveres
enemigos hacia la puerta surgieron disparos,
los necrones habían llegado. Shemaol
se había quedado retrasado y resultó herido
de gravedad haciéndole caer, el
Incensario Sagrado rodó por el suelo
hasta los pies de un guerrero necrón,
otro remató al portador dejando
un gran agujero en su túnica. El
grupo se paró en seco, ya casi en
las puertas, la tensión se cernió sobre
ellos al ver la escena. Los dos guerreros
necrones sobre el cuerpo de su hermano,
uno de ellos alzando con curiosidad el
Incensario…. Raziel no lo dudó y
disparó, pero sólo oyó un
clic, sin munición. Tenía
que recargar, escuchó dos tiros,
y al volver para apuntar vio como a la
carrera el hermano Nathiel guardaba su
rifle a la espalda mientras desenfundaba
el cuchillo de combate y remataba
a los dos guerreros. De pronto, tras recoger
el incensario, se encontró rodeado
de necrones surgidos de entre los escombros
del suelo, vendería cara su vida.
Raziel disparó, y se desató la
muerte y destrucción entre los necrones.
Raziel disparó, el grupo de la puerta
disparó, y el hermano Angelost disparó antes
de estrellar su moto del ala del cuervo
arrasando a los necrones supervivientes.
Nathiel le tendió la mano, debían
correr hacía la puerta, no quedaba
tiempo. Es resto los cubrió hasta
que llegaron.
En la puerta Nathiel
hizo un gesto para devolver el Incensario
Sagrado al capellán,
pero Lemariont negó, ese día
Nathiel se había ganado el derecho
de llamarse hermano de batalla. Raziel
desde su altura vio como más enemigos
se acercaban, y empezó a disparar.
El grupo inició su marcha por las
grandes escaleras del templo que se estrechaban
hasta una puerta central no muy grande.
El Capitán exterminador Lito fue
aminorando el paso, los enemigos subían
ya las escaleras, ansiosos por la batalla
y la sangre. Lito acabó parando
antes de entrar por la puerta, y se giró lentamente,
ante él decenas de enemigos corrían
rápidos escaleras arriba para darles
alcance.
-“De la muerte llega la esperanza,
de la desolación vienen los nuevos
comienzos, de las estrellas desciende el
Ala de Muerte…” – Se
dijo para si mismo el capitán Lito,
cara a cara con la horda enemiga, sus cuchilla
relampaguearon.
El enemigo se alzó sus armas con
un estremecedor grito de guerra mientras
subía los últimos metros
de las escaleras.
- “¡¿Queréis
muerte y destrucción?!” – Gritó Lito. – “Yo
soy la muerte, y os voy a destruir…”-
Y el combate empezó. De cómo
se desarrollo poco se puede decir con certeza,
pues eso corresponde a otra leyenda de
cómo el Señor del Ala de
Muerte Lito se levantó de entre
los muertos rodeado de cadáveres
enemigos a sus pies para luchar por el
Emperador y por el Capítulo otro
día más.
Dentro del templo
el techo destruido dejaba pasar el agua
de la lluvia haciendo resbaladizo el
suelo de escombros que los marines pisaban.
Raziel veía algún destello
entre las ruinas del Templo pero eran muy
densas como para apreciar por donde iban
sus camaradas. Sin embargo la gran torre
se alzaba majestuosa y en ella unas extrañas
luces serpenteaban en su interior.
Luther iba el primero
alzando la Espada de la Ira, cualquier
enemigo que intentara interponerse lo
pagaría con la muerte.
Cruzaron varias salas enormes hasta el
pie de la gran torre. Allí sabían
que sus caminos se tenían que separar….
Retenius y Nathiel se quedaron en
la puerta atrancándola para que
nada pudiera pasar por allí.
Angelost, Luther
y Lemariont subieron por las escaleras
de la torre, pasando por salas llenas
de tapices antiguos y grandes mesas.
A Raziel le pareció ver
algunas sombras través de las ventanas,
subiendo por la torre.
Una fuerte vibración los derribó en
una de las salas, un Incursor Eldar Oscuro
se había estrellado con la torre,
pero sus ocupantes seguían vivas…y
entraron en la sala medio derruida por
el impacto. Las brujas se abalanzaron contra
los marines interponiéndose Angelost
y Lemariont.
-“¡Destruye el portal Luther!”-
fueron las últimas palabras del
Capellán Interrogador antes de entablar
combate cuerpo a cuerpo con las Brujas
de la Cábala Sangrienta. Su Crozius
destelló y comenzó la lucha.
EL Gran Señor de la Compañía
Luther recorrió los últimos
metros, los últimos peldaños
y allí estaba en la última
Sala Sagrada, sobre el gran pedestal, el
Portal de C´thual. Y al lado… Un
Vidente Eldar… Luther alzó su
pistola bolter… El vidente acabó de
recitar las últimas palabras y sonrió a
Luther, al tiempo que el portal se desvanecía
y el vidente se convertía en sombras.
El portal estaba a punto de estallar en
una implosión de energía.
Luther saltó hacia atrás
rodando por las escaleras. Todo había
terminado, el objetivo había sido
cumplido, el portal estaba destruido. Aunque
el honor de conseguir la misión
no fue para los Ángeles Oscuros,
el Hermano Luther fue recordado por ser
el “No Perdonado” que mas cerca
estuvo de conseguirlo.
Raziel se emocionó al recordar
esa vieja leyenda, de vuelta a la realidad
vio la cara de los jóvenes que tenía
ante él, absortos por el relato.
Raziel en silencio los observó,
mientras acariciaba un sello de pureza
muy antiguo, rubricado por el Gran Capellán
Interrogador Lemariont.
NOTA:
Este relato se escribió trás el DoS en
Leganés [Madrid] con los nicks de gente
que estuvo allí y participó de alguna manera.