Tácticas
 
 
 

"Conceptos Básicos"

Autor: Artael

 

Bueno, antes de comenzar analizando la variada gama de estrategias que tenemos los Ángeles Oscuros a nuestra disposición, es conveniente tener claros algunos conceptos que nos ayuden a comprender mejor el funcionamiento de las estrategias, y el por qué de algunas cosas. Seguramente en este artículo encontrareis cosas que pueden considerarse como obvias, y otras que ni siquiera se os habían pasado por la cabeza, aunque la mayoría son de sentido común. Sin embargo todas ellas son importantes y debemos conocerlas, por eso he creído conveniente recopilarlas y exponerlas antes de pasar a tratar más concretamente sobre cada una de las estrategias disponibles. Hay muchas cosas a tener cuenta y que debemos saber antes de empezar a pensar en ajusticiar herejes y alienígenas.

 

TERMINOLOGÍA

Lo primero que debemos hacer es definir los términos que utilizaremos tanto en este, como en posteriores artículos. Evidentemente estas definiciones siempre estarán enfocadas desde el punto de vista del juego, que es lo nos interesa a fin de cuentas.

  • Estrategia: También denominada como plan de batalla, la estrategia podría definirse como el conjunto de acciones que el general pretende desarrollar para ganar la batalla. Esta sería la definición más básica que se podría encontrar, aunque conviene recordar que para desarrollar una estrategia hay que tener en cuenta varios factores que influyen de forma crucial. Las tácticas factibles de nuestras tropas, los objetivos de la misión, el terreno en el que se desarrolla la batalla o la estrategia enemiga son algunos de ellos. En términos coloquiales, la estrategia es lo que todos los jugadores planean (o deberían planear) antes de la batalla, para machacar a su adversario.
  • Carácter: El carácter es el tipo de maniobras que requiere una estrategia para su correcta ejecución. En general todas las estrategias pueden clasificarse como de carácter defensivo o de carácter ofensivo. Más adelante describiremos sus características.
  • Actitud: La actitud no es otra cosa que nuestra propia actitud durante el juego. Existen dos actitudes; la actitud conservadora y la actitud agresiva. Cuando un jugador basa su juego en resistir el ataque enemigo podemos decir que adopta una actitud conservadora. Cuando un jugador basa su juego en lanzarse al ataque contra el enemigo podemos decir que tiene una actitud agresiva. No confundir con el carácter de la estrategia, pues aunque muchas veces un carácter ofensivo requerirá una actitud agresiva y un carácter defensivo una actitud conservadora, esto no siempre es así.
  • Táctica: La táctica puede definirse como el conjunto de acciones que las unidades del ejército realizan para desarrollar la estrategia. Un buen ejemplo podría ser un Bibliotecario utilizando el poder psíquico Miedo a la Oscuridad contra una unidad por debajo de la mitad de sus efectivos iniciales, para desmoralizarla y dejarla así inservible para el enemigo. En general cualquier acción que realicemos con nuestras tropas y que esté encaminada a desarrollar la estrategia, puede clasificarse como táctica.
  • Objetivo: El objetivo es la condición que ha de darse durante la batalla para proclamarnos ganadores de la misma. Normalmente el objetivo de nuestra estrategia vendrá determinado por los objetivos marcados por la misión que se vaya a jugar.
  • Terreno: El terreno es el lugar donde se desarrolla la batalla. Lo realmente importante del terreno es como afecta o condiciona nuestra estrategia, de modo que el tipo, la densidad y la disposición de la escenografía colocada sobre la mesa de juego serán factores muy a tener en cuenta a la hora de elaborar una estrategia.

 

CARÁCTER DE LAS ESTRATEGIAS

Básicamente existen dos caracteres de estrategias, los defensivos y los ofensivos.

Cualquier estrategia de carácter defensivo basa su potencial en obligar al enemigo a utilizar una estrategia de carácter ofensivo, para lo cual se debe disponer de una potencia de fuego a larga distancia muy superior a la del rival. Se puede lograr esto simplemente invirtiendo más puntos que el adversario en más cañones y más grandes, o neutralizando la potencia de fuego enemiga, como por ejemplo dejando sus tropas fuera de rango. En general, si se da la circunstancia de enfrentamos a un ejército con una estrategia de carácter defensivo pero cuya potencia de fuego es inferior a la nuestra, todo se reducirá a enzarzarnos en un tiroteo con él, hasta que decida cambiar su estrategia (si es que puede hacerlo) o simplemente pierda la batalla. Hay que tener en cuenta que en estrategias de carácter defensivo se le da toda la iniciativa al rival, pero eso no quiere decir que haya que esperar a que nos asalte mientras disparamos. Es importante meterle prisa con nuestros disparos para que tenga menos tiempo para maniobrar y preparar su estrategia, pero también es muy importante maniobrar con nuestras propias unidades para desarrollar nuestra propia estrategia.

Por otra parte si utilizamos una estrategia de carácter ofensivo, al enfrentarnos a un ejército con una estrategia de carácter defensivo tendremos una pequeña ventaja de partida, que es la posibilidad de decidir donde atacar a la formación enemiga, lo que implica que los errores enemigos derivados de diseño y despliegue serán especialmente susceptibles de ser aprovechados por nuestro ejército. El poseer la iniciativa de la batalla es sinónimo de elección, es decir, podemos elegir donde y cuando atacar al enemigo (aunque el enemigo trate de reducirla mediante su potencia de fuego y sus propias maniobras), lo cual es evidentemente una ventaja innegable ya que podremos propiciar puntos débiles en la línea de batalla enemiga, mediante nuestro despliegue y maniobras, y pasar luego a atacar esos puntos. También hay que tener en cuenta que en términos generales, contra ejércitos defensivos lo más beneficioso será tratar de buscar el combate cuerpo a cuerpo, donde la potencia de fuego enemiga será inútil, y nuestra especialización en combate cuerpo a cuerpo será superior. Por otro lado, cualquier estrategia de carácter ofensivo se basa en adoptar una actitud más agresiva que el enemigo, lo cual no implica que éste vaya utilizar una estrategia de carácter defensivo, o que su actitud vaya a ser agresiva o conservadora. En este caso hay que seguir la premisa básica de toda estrategia: propiciar situaciones que nos otorguen ventaja y anulen la del rival. Así por ello, es completamente factible utilizar estrategias de carácter ofensivo contra ejércitos que al igual que nosotros utilicen estrategias de carácter ofensivo y tengan una actitud agresiva.

Por otra parte es importante no confundir el carácter de la estrategia con nuestra actitud. Una estrategia de carácter defensivo puede necesitar una actitud agresiva para tener éxito, como es el caso por ejemplo de una emboscada. Por otro lado las estrategias de carácter ofensivo casi siempre necesitarán de una actitud agresiva por parte del jugador, aunque eso no es definitivo, ya que podría ocurrir que antes lanzarse al ataque necesitemos mermar las fuerzas del adversario. En este caso podríamos decir que tendremos una actitud conservadora en los primeros turnos de la partida, y luego tendremos una actitud más agresiva, cuando las circunstancias lo permitan.

 

COMPOSICIÓN BÁSICA DEL EJÉRCITO

Es importante saber que cualquier ejército del juego está compuesto por definición por tres secciones, que son sus dos flancos y su centro. Existe alguna excepción a esto, pero se trata de casos específicos y de momento no nos ocuparemos de ellos. Es fundamental saber esto, porque este es el pilar de todas las estrategias disponibles. Para que una estrategia pueda ser ejecutada con éxito por un ejército, la composición de éste deberá cumplir irremediablemente con los requisitos exigidos por la estrategia. Así mismo y dado que la composición más básica de un ejército siempre es de dos flancos y un centro, a cada una de estas secciones le serán exigidos unos requisitos diferentes por la estrategia. Por este motivo la mayoría de las veces una estrategia requerirá inversiones en puntos de diferente cuantía para cada una de estas secciones. Por eso es muy inteligente asignar a cada una de las secciones el porcentaje en puntos del total disponible que sea necesario para que dicha sección pueda cumplir con las exigencias de la estrategia y por tanto con su función durante la batalla.

Por otra parte los requisitos de una estrategia no sólo exigirán una inversión mayor o menor en puntos en cada sección, sino que además exigirán que ésta cuente con el tipo de tropas más adecuado para llevar a cabo su función. A este respecto, en el momento de seleccionar las tropas es muy importante tener un conocimiento exhaustivo de sus posibilidades en batalla, para de ese modo poder seleccionar a aquellas unidades de las que podremos obtener el máximo rendimiento con la mínima inversión en puntos. De esta forma podremos cubrir nuestras necesidades (o mejor dicho, las necesidades de nuestra estrategia), con la máxima eficiencia posible.

Un buen ejemplo de todo esto sería el siguiente: Si nuestra estrategia pretende envolver y romper el flanco del ejército enemigo, nuestro flanco encargado de esta tarea necesitará tener una buena capacidad de ruptura, por lo que el porcentaje en puntos invertido en esta sección del ejército deberá ser mayor que para el resto, y además deberá contar tropas con buena movilidad y una capacidad elevada para causar daños en combate cuerpo a cuerpo y/o en disparo a corta distancia.

 

CLASIFICACIÓN DE UNIDADES

Como consecuencia de todo lo anterior es interesante conocer la clasificación que se puede hacer de cualquier unidad según su movilidad, especialización y despliegue:

  • Unidades de Disparo Estáticas (UDE): Como su propio nombre indica, en este conjunto se engloban todas aquellas unidades que para obtener su máximo potencial destructivo a larga distancia, deben permanecer estacionarias. Normalmente este tipo de unidades suelen gozar además de un gran rango de acción. Un buen ejemplo podrían ser los Devastadores.
  • Unidades de Disparo Móviles (UDM): En este grupo se clasifican todas aquellas unidades que pueden mantener una gran potencia de fuego (o incluso su máxima potencia de fuego) mientras están en movimiento. El Predator probablemente sea el ejemplo más representativo.
  • Unidades de Asalto Estáticas (UAE): Aquí podemos englobar a todas aquellas unidades cuya especialización es el combate cuerpo a cuerpo o el disparo a corta distancia, pero cuya movilidad es bastante limitada. Los Exploradores son un buen ejemplo.
  • Unidades de Asalto Móviles (UAM): Al igual que en el caso anterior este tipo de unidades también están especializadas en combate cuerpo a cuerpo o en disparo a corta distancia, sin embargo su movilidad es mucho mejor. El ejemplo más obvio es el de las Escuadras de Asalto.
  • Unidades de Movilidad Extrema (UME): En este grupo clasificaremos a aquellas unidades con una movilidad extrema, capaces de recorrer el tablero de lado a lado en apenas un par de turnos. Su especialización puede ser en disparo o en combate cuerpo a cuerpo. Como ejemplo tenemos los Land Speeders.
  • Unidades de Despliegue Vertical (UDV): En este grupo de unidades, podemos clasificar a todas aquellas que están sujetas a la regla Despliegue Rápido. Las Cápsulas de Desembarco son un gran ejemplo.
  • Unidades de Despliegue Infiltrado (UDI): Por último, a este grupo de unidades pertenecerán todas aquellas que estén sujetas a la regla Infiltradotes. Como ejemplo tenemos los Exploradores.

Hay que tener en cuenta que algunas unidades pueden pertenecer a varias de estas categorías, por lo que serán especialmente útiles para un general.

 

COMBATE

Inevitablemente nuestro ejército tendrá que combatir con el ejército enemigo en algún momento de la partida, ya sea en un tiroteo o en un combate cuerpo a cuerpo. Por eso lo mejor que podemos hacer cuando nuestras tropas entablen combate con el enemigo es tratar de salir lo mejor parados posible, para lo cual es conveniente tener muy claro que es la superioridad y la especialización, y como aprovecharse de ambos elementos.

Cuando hablo de superioridad no me refiero a superioridad numérica, ya que en este juego un ejército no se mide por la cantidad de soldados que tiene, sino por los puntos que se han invertido en esos soldados. Así por tanto, es tremendamente beneficioso que nuestra estrategia trate de propiciar combates en los cuales intervenga una proporción en puntos de nuestro ejército superior a la del rival. Por poner un ejemplo claro, podríamos llegar a caer en el error de pensar que unos Marines Especiales Tácticos son capaces de derrotar a unos Guardianes Eldar por que su calidad como soldados es más elevada. Si enfrentamos a los Marines Espaciales Tácticos y a los Guardianes Eldar en combate (ya sea en un tiroteo o en un combate cuerpo a cuerpo) ¿quién ganaría? La respuesta es sencilla. Ganaría aquel general que sea capaz de implicar en el combate más puntos. 5 Marines Espaciales Tácticos de 75 puntos tienen todas las de ganar si se pelean con 5 Guardianes Eldar de 40 puntos. ¿Pero que pasaría si en lugar de 5 Guardianes fueran 20? La respuesta es que los Marines Especiales tendrían un negro futuro. Lo más sencillo para ganar un combate es tener superioridad, lo que no sólo propiciará que ganemos el combate, sino que además lo hagamos más rápido y sufriendo menos bajas.

A parte de la superioridad, otro factor fundamental a la hora de luchar es la especialización. Cuando hablo de especialización me refiero exactamente a eso, al tipo de combate en el que mejor se desenvuelven nuestras tropas en comparación con las del rival. Una Escuadra de Asalto de los Marines Espaciales es una unidad que generalmente funciona muy bien cuando tiene que luchar cuerpo a cuerpo contra el enemigo, por lo que es una buena idea hacer que una Escuadra de Asalto de 10 Marines Espaciales cargue contra 12 Marines Espaciales del Caos por ejemplo. En este caso no sería la superioridad de puntos la que marcase la diferencia, pues ambas unidades tienen un coste muy similar. Sin embargo la Escuadra de Asalto está mucho mejor especializada en cuerpo a cuerpo que los Marines Espaciales del Caos. Del mismo modo habría que pensarse mucho que hacer si nuestra Escuadra de Asalto tiene que enfrente a unos Genestealers en lugar de unos Marines Especiales del Caos.

Como conclusión podemos sacar que para ganar los combates lo más eficaz es luchar con superioridad y con mejor especialización. Y para conseguirlo todo dependerá de las tácticas que utilicemos con nuestras tropas y de la estrategia del ejército. Es uno de nuestros retos como generales del ejército.

 

FACTORES CONDICIONANTES

Un factor que puede condicionar por completo una estrategia es el terreno. En un campo de batalla desértico con poca escenografía, los ejércitos comúnmente denominados como ejércitos de disparo, tendrán una gran ventaja, ya que lo único que tendrán que hacer es sentarse tranquilamente y dejar al enemigo como un colador. Sin embargo tener el mejor ejército de disparo del mundo no servirá de nada si tiene que luchar en una densa jungla, donde sus armas de fuego tendrán pocas y malas líneas de visión hacia el enemigo, si es que tienen la suerte de tener alguna. Dado que lo normal es que el terreno lo coloquen los jugadores y no suele estar preestablecido, es poco frecuente que sea un factor insalvable para ninguno de los dos bandos. Sin embargo, aunque en el momento de planificar la estrategia, lo sensato es pensar que será un terreno con escenografía de densidad media (dependiendo claro de la escenografía disponible), en el momento de desplegar y jugar es un factor muy a tener en cuenta, tanto la densidad como el tipo de escenografía. He visto muchas veces como el terreno ha dado al traste con los planes de muchos generales, por lo que es mejor no pasarlo por alto.

Otro factor que inevitablemente condicionará nuestra estrategia es la misión y el nivel que se vaya a jugar. El reglamento ofrece una variedad considerable de misiones diferentes con objetivos diferentes que nos obligarán a adaptar nuestros planes si queremos hacernos con la victoria. Habitualmente los jugadores conocen de antemano la misión y el nivel en que jugarán, o como mínimo conocerán las posibles que les pueden tocar jugar, así que pueden contar con ello en sus planes. Es un poco absurdo llevarse a una partida al infame ejército disparador con una veintena de Cañones Láser si luego resulta que tenemos que jugar la Misión Reconocimiento, cuyo objetivo de misión es llegar a la zona de despliegue enemiga.

La estrategia enemiga es otro factor que nos condiciona enormemente. Obviamente el planteamiento que hagamos de una partida será diferente si tenemos que enfrentarnos a un ejército de la Guardia Imperial, que si tenemos que enfrentarnos a un ejército de Devoradores de Mundos. Si sabemos que ejército tiene el enemigo, sabemos que tipo de tropas puede utilizar y por tanto cuales son sus tácticas más factibles, lo que a su vez nos permite adivinar sus estrategias más probables. Si conocemos la misión y el terreno en el que jugaremos podemos intuir aún mejor que tipo de tropas podría utilizar y que tipo de estrategia sería la más lógica para él. Aunque en muchas ocasiones sabremos a que ejército nos enfrentamos, e incluso que tropas tiene, pocas veces sabremos cual será su estrategia, sólo podemos intuirla mínimamente. Por eso es importantísimo prestar especial atención al despliegue del enemigo, tratando de adivinar sus intenciones.

Y por último, y sin embargo probablemente el factor más condicionante de todos, tenemos nuestro propio ejército. Antes de pensar en listas y estrategias, debemos ser conscientes de nuestras posibilidades. Para un general TAU resultará muy complicado entablar combates cuerpo a cuerpo en los que tenga buenas posibilidades de ganar, por lo que debe tener eso en cuenta en sus estrategias. A la hora de diseñar la estrategia siempre hay que tratar de compensar los puntos más flojos de un ejército y potenciar sus puntos fuertes. Es por ello importante tener unos conocimientos exhaustivos de la capacidad de combate de nuestras tropas y de las funciones que son más adecuadas para ellas.

 

 

 
 
 
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