"EL
ALA DE LA IRA"
Autor: Luther
00:41
(Hora local). Perímetro defensivo
de Hánivak (Complejo industrial
de Cathan Secundas)
La lluvia
caía sin cesar y el murmullo del
agua por las trincheras confundía
los sentidos de Irah. La última
explosión de artillería había
alcanzado sus posiciones, muy cerca de
donde él se encontraba. El joven
guardia imperial yacía tendido en
el fango sin saber con certeza cuanto tiempo
había transcurrido. Hacía
frío y estaba calado hasta los huesos,
pero no se atrevió a moverse. La
idea de morir lo aterraba, incluso más
que el temor hacia los enemigos que le
acechaban en la oscuridad.
-Quizás
me den por muerto- pensó para tranquilizarse.
Con la confusión del combate podría
pasar por un cadáver, entonces con
sigilo, quizás escaparía
de aquel infierno. En la ciudad tenía
buenos amigos, podría ocultarse
y empezar de nuevo. Con el tiempo todo
aquello no sería más que
una cruel pesadilla. Unos pesados pies
chapotearon a poca distancia y lo devolvieron
a la cruda realidad. La desesperación
encogió el pecho de Irah, el miedo
se adueñó de él y
estuvo a punto de levantarse y echar a
correr. Entonces oyó un grito y
sonaron disparos de proyectiles bolter,
algún soldado había tenido
la misma idea.... Irah cerró los
ojos y contuvo la respiración. El
chirrido característico de una servo
armadura fue lo último que escuchó antes
de que las tinieblas lo envolvieran.
Gunther
retiró su bota acorazada del casco
aplastado. Los restos de masa encefálica
se mezclaron rápidamente con el
barro y la mierda de aquel lodazal. A través
del visor de su casco contempló los
cadáveres de la trinchera, el calor
corporal abandonaba los cuerpos como si
de su alma se tratase.
-Los
traidores pueden correr......pero nunca
podrán esconderse.- La voz a través
del filtro de la armadura resultó tan
siniestra como la sobrenatural figura,
una barroca armadura envuelta en un hábito
monacal muy desgastado. Tras el casco,
ornamentado con un brioso corcel de ojos
rojos y larga crin, su rostro se tornó en
clara satisfacción. El marine volvió su
atención a su espalda, su visor
captó la blanquecina figura que
surgía entre la tromba de agua.
El apotecario Asierus se aproximó con
cautela y, bajando su bolter, lanzó un
saludo marcial -Señor....hemos recibido
una transmisión del Gran Maestre.
Nuestro transporte aguarda en el punto
de reunión fijado -. Gunther asintió y
envainó su arma, la hoja negra desapareció velozmente
en el interior de su vaina. -Reúna
a los hombres, hermano Asierus. Nuestra
tarea en este agujero ha terminado.-
01:13
(Hora local). Afueras de Hánivak
(Complejo industrial de Cathan Secundas)
La escolta
de marines espaciales formaba en silencio
junto al APC. En su interior Gunther se
despojó del casco y respiró el
aroma del incienso que invadía el
transporte. Al mostrarse ante la pantalla ésta
comenzó a parpadear y el símbolo
imperial dio paso al severo rostro de Azrael,
Señor supremo de los Ángeles
Oscuros.
-Alabado
sea el Emperador. Hemos erradicado la amenaza
xenos y aplastado al contingente imperial
que huyó de sus posiciones. Se han
restablecido las comunicaciones y el sistema
está de nuevo bajo la luz del Emperador.
Espero sus órdenes... Señor
-. Gunther calló dejando que ningún
sentimiento se albergase en su rostro.
-La Orden está satisfecha hermano
Steinshild. Me complace saber que los tiránidos
ya no representen amenaza alguna.- el tono
de Azrael era frío y distante, tras
una breve pausa su rostro imperturbable
dejó escapar un resquicio de cólera.
-Sin embargo se ha producido un suceso
inesperado. Hace 72 horas se formó un
pliegue ínter dimensional de gran
magnitud en las proximidades del sistema
Atheus.....su naturaleza es aún
desconocida. Nuestros telépatas
han detectado numerosas señales
de astronaves no identificadas en aquel
sector desde que ocurrió, muchas
han sido reconocidas como naves de guerra
de herejes y alienígenas....- el
rostro de Azrael se endureció aún
más, si eso era posible -... son
una amenaza. El impuro debe ser destruido
por el puño justiciero de la humanidad.
El Adeptus Terra ha lanzado un llamamiento
a las armas para liberar el sistema. En
estos momentos varios regimientos de la
guardia imperial y ejércitos del
Adeptus Astartes están en camino.-
Gunthar mostró su aprobación
con un gruñido y Azrael continuó.
-¡Acepta tu deber hermano! Cede el
control a la milicia local y parte con
tu compañía al sistema Atheus.
Dirige a tus hombres en nombre de Lion. ¡Que
el Emperador ilumine vuestro camino!-.
La comunicación se cortó y
en la pantalla apareció de nuevo
el águila imperial. Steinshild pulsó el
interfaz del panel y mostró la imagen
de varios visores de combate, pertenecientes
al seguimiento de una escuadra de combate.
-Sargento Casius. ¿Me recibe?- Una
de las panorámicas enfocó a
un marine armado con puño de combate.
-Aquí Casius señor. El enemigo
está siendo exterminado en el último
complejo, apenas quedan núcleos
de resistencia y la cadena de mando ha
sido ejecutada de forma sumaria....- el
gran señor esbozó una leve
sonrisa y continuó -Asegure la zona
y deje el control al comisario responsable.
Presente su informe y comience los preparativos
para nuestra partida, tiene 5 horas-.
05:51
(hora local). Situación desconocida:
Astropuerto militar de Cathan Secundas.
Las luces
del Astropuerto iluminaban la pista de
aterrizaje donde cuatro cañoneras
Thunderhawk calentaban motores. Bajo la
atenta mirada del sargento veterano Casius,
los marines espaciales del capítulo
de los Ángeles Oscuros trabajaban
sin descanso ultimando detalles. Las bodegas
de las naves albergaban ya las sagradas
armas, municiones y blindados que la Compañía
utilizaría en la campaña
que se avecinaba. Las armaduras acorazadas
Dreadnought, los ancianos "Titus" y "Citanae",
dormían a la espera de poder luchar
una vez más junto a sus implacables
camaradas en nombre del Emperador. Los Ángeles
Oscuros entonaban cánticos solemnes
mientras los capellanes de la Compañía,
BethosyMorgar, purificaban con incienso
sagrado el equipo del Capítulo.
Entre la ferviente actividad apareció Gunther
Steinshild, gran señor de la Compañía,
ataviado con sus venerables armas. El tecnomarine
Dufaux se percató de su presencia
y se presentó ante él con
presteza -Señor...todo esta listo.
Con la bendición del Deus Ex Machina....podemos
partir.- Gunther dio su aprobación
y se acercó a las apretadas filas
de marines que acaban de formar. -¡Hijos
de Lion!. La humanidad os necesita una
vez más. Sois el heraldo de la destrucción
de sus enemigos. A vosotros, que traéis
la muerte al hereje y el castigo al traidor,
se os ha depositado una pesada carga; una
carga que portareis orgullosos con la fuerza
y el honor de nuestro primarca.- el aire
se tragó las últimas palabras
dejando a todos en un silencio sepulcral
-¡No me falléis hermanos.....no
falléis al Emperador!-. Gunther
desenvainó su arma, bautizada como
la espada de la ira,y apuntó con
su negra hoja a las estrellas. -¡Por
Lion .... por el Emperador..... por el
Capítulo!-. Los gritos de los marines
retumbaron por todo el complejo.... una
vez más la 5ª Compañía
partía hacia la guerra.