"La
Fortaleza Púrpura "
Autor: Lemariont
Fragmento:
Malaycrol VIII Junio 2006
La
thunderhawk “Tempestad” rompía
el cielo en su descenso vertiginoso, su
color negro azabache destacaba sobre los
cielos purpúreos de Magnolia II.
El planeta púrpura de tierras desérticas
y una gran nube de gas alrededor servía
al Imperio para abastecerse de grandes
reservas de combustible para los ejércitos
de la Cruzada Púrpura. Las fuerzas
del caos habían atacado por sorpresa
en el núcleo industrial sometiendo
a la población y reclutando gran
cantidad de tropas. Había que recuperar
el planeta, pero hasta entonces… debían
romper la línea de suministro.
-“Capitán Apollyon a bodega de carga, entramos en zona despejada,
el enemigo nos detectará en poco tiempo, preparen el despliegue” – se
oyó por el intercomunicador.
-“RECIBIDO”- fue la respuesta metálica y sin tono del
servidor encargado de organizar la bodega de carga.
Los Alas Negras de Isaac recibieron la noticia y comenzaron a preparar sus
vehículos quitando los arneses de seguridad y esperando la señal
del Señor del Ala del Cuervo Isaac. En un minuto la luz roja empezó a
parpadear, significaba que quedaba poco para el punto de aterrizaje. Isaac
montado en su motocicleta se giró hacia sus hombres, estaban preparados
como no podía ser de otra forma para los mejores guerreros del universo.
Los extractores de humo comenzaron a funcionar a toda maquina, las turbinas
hacían un ruido horrible. Isaac alzó el brazo e hizo un gesto
en redondo. Llegó la hora, motores en marcha.
La nave comenzó a zarandearse, debían de estar atacándoles
ya con la artillería antiaérea pero el ruido ensordecedor de
las turbinas extractoras impedía oír las detonaciones cercanas.
De repente la luz roja se apagó y la luz verde comenzó a parpadear
con rapidez, al tiempo que Isaac alzaba su hacha de energía Quitapenas
la thunderhawk viraba con fuerza iniciando la maniobra de apertura de las puertas,
descomprimiendo el hangar mientras bajaba la rampa de acceso.
Una nube de polvo cubrió a la nave de combate negra cuando tomó tierra
ocultándola momentáneamente. Segundos más tarde la tierra
yerma retomó su claridad dejando la visión de una thunderhawk
desapareciendo entre la gran nube de gas púrpura y una columna de polvo
tras la Fuerza de Combate de Isaac dirigiéndose hacia su objetivo.
Bajo un sol abrasador debido a la proyección de los rayos a través
de la nube que los ampliaba haciendo la superficie del planeta un lugar algo
más que sofocante y yermo las fuerzas de defensa planetarias traidoras
vigilaban el puesto de control Dassa-3. Aquí los conductos de combustible
que se extraía de las profundidades del planeta se repartían
hacia los tres puntos mas importantes; la Colmena Crematoria IV, las plantas
recicladotas y sus tanques de contenedores y por último la Fortaleza
Púrpura, el último bastión Imperial que no tardaría
en caer, pues llevaba mucho tiempo sin recibir combustible y muchas maquinarias
dejaron de funcionar.
-“La noche no tardará en llegar y por fin este sol abrasador nos
dejará descansar”-comento Burns, el traidor con un tatuaje en
la mejilla de un obsceno símbolo del Caos.
-“Será a ti, yo tengo guardia nocturna”- respondió disgustado
su compañero apodado “el rata” por sus facciones de la cara.
-“Ya es mala suerte, ¡jajajaja!. Lo que no sé es para qué tanta
guardia, si hemos ganado la guerra. ¿Qué loco nos va a atacar?” -dijo
sonriendo Burns antes de irse a descansar desapareciendo por la trampilla de
acceso.
Pasaron algunas horas, y la noche llegó. “El rata” daba
vueltas de un lado a otro por la pasarela que había sobre los conductos.
Aburrido y medio dormido se apoyó sobre la barandilla mirando a lo lejos,
cuando de repente un ruido lo sobresaltó, se giró en redondo
apuntando con su rifle láser y la respiración entrecortada. Apenas
distinguió una especie de pájaro, esté volvió a
graznar. La curiosidad llevó a acercarse mas a ese extraño pájaro,
era como un cuervo descrito en los libros Imperiales de cuando era un crío,
pero de un tamaño mayor. Por su mente pasaron muchas cosas pero la que
mas le aterró es que en su planeta no había pájaros como
aquel. La angustia le sobrevino y sin pensarlo dos veces comenzó a gritar
desesperado mientras corría hacia el interfono para comunicar lo que
había visto. Ya no era necesario. La parte sur de la planta comenzó a
estallar en llamas. Era un infierno. Después… la muerte y destrucción
llegó a sus pies. Los estaban atacando de una manera increíblemente
endiablada, no veían al enemigo, cambiaba de posición continuamente.
La batalla duró unos 25 minutos, no sobrevivió ningún
traidor.
Cuando Isaac había cumplido todas las órdenes se dispuso a mandar
a sus hombres hacia el punto de evacuación. La misión había
sido un éxito.
En los confines de la Fortaleza Púrpura, el tecnosacerdote Draguer hacía
su recorrido rutinario por la salas de mantenimiento, cuando un indicador le
sobresaltó. Hizo las comprobaciones rápidamente y con apremio
fue a dar novedades al Castellano de la Fortaleza. Mientras, en los barracones
de los cansados y abatidos defensores leales al Dios Emperador, comenzó a
salir una ligera brisa por lo conductos de ventilación que aliviaba
el sofocante ambiente en que vivían. Un nuevo halo de esperanza había
llegado.